Si tienes suerte, estas Navidades te reunirás con la familia en casa de tus padres o de tus abuelos. Conforme te has hecho mayor has comenzado a apreciar más esas fechas, no tanto por su valor religioso como por su valor sentimental. Es el momento en el que vemos a personas de las que quizás solo disfrutamos un par de veces al año, por lejanía o por trabajo.
Además, la Navidad suele pillarnos en un momento de reflexión, porque está acabando el año, comienza uno nuevo y quizás estamos a punto de arrancar con algo diferente, tenemos objetivos importantes o ganas de dejar algo atrás.
Es momento también de vestirse con cierta elegancia y comer cosas deliciosas como embutido bueno, mariscos y carnes de gala, preparadas con cariño y fruición por alguien de la familia.
Si nunca has tenido a tu cargo una cena de Nochebuena o una comida de Navidad no sabrás que quizás a estas alturas quien vaya a recibirte en su casa está ya pensando en el menú. Sí, te lo prometemos. Una ocasión semejante requiere tiempo de preparación y no se puede dejar a ligera la compra o los preparativos.
Esa persona siente la misma emoción que tú, pero también cierto estrés. Quiere que todo salga bien, que la comida esté buena, que la casa esté confortable y que todo el mundo disfrute de una magnífica velada, tanto por la conversación como por los platos. Y no es nada fácil.
Se nos ha ocurrido una idea. Llámanos. Come con nosotros en Navidad. Sorprende a esa persona que estaba ya planeando los manjares, haciendo cálculos de presupuesto y de los tiempos de cocción, lavando la mantelería buena y abrillantando la plata.
Quizás en un primer momento te diga que no, que le gusta encargarse de esa cena o esa comida, que total no es nada. Pero te vamos a dar ideas. Explícale que quieres que esté disfrutando de sus nietos, no levantándose cada cinco minutos a mirar el horno. Que prefieres que pase media hora eligiendo qué ponerse a pasar ese mismo tiempo haciendo cola en la carnicería.
Que prefieres que en vez de estar cargando las bolsas de la compra y preparando aperitivos, esté escribiendo las tarjetitas de Navidad que tanto disfruta hacer y que luego no tiene tiempo porque el asado requiere demasiadas atenciones.
Que los nervios de no saber si la crema montará o no prefieres sustituirlos por tiempo de abrazos y besos mientras alguien os trae la comida a la mesa. Una comida deliciosa, preparada por los mejores chefs, con el toque especial de Navidad que tiene en casa y que a todos nos fascina.
Vamos, en una frase. Que quieres que disfrute de la Nochebuena y de la Navidad. Contigo y la familia. ¿No es un argumento perfecto? Os esperamos.
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