Hoy vamos a hablar de cómo hacerlo de la forma más sencilla posible y os daremos algunos trucos para poder cerrar este tema cuanto antes.
Lo primero que debemos hacer es tener definida una lista de invitados. Hay que concienciarse de que es posible que un par de semanas antes de la boda tengamos altas y bajas. Es lo normal, porque surgen viajes de trabajo, enfermedades y demás vicisitudes. Así que contemos con tres o cuatro sillas vacías que pueden llenarse y al contrario. Para poder confirmar todo, más o menos un mes antes debemos coger la agenda telefónica y llamar para poder estar seguros de la asistencia de todos.
Una vez dispongamos de una lista de invitados cerrada, debemos dividir la lista en grupos. Familia de cada uno de los miembros de la pareja, compañeros de trabajo, amigos muy cercanos, amigos de menos trato, etc.
Con los grupos hechos, debemos tener en cuenta qué tipo de mesas tenemos en el salón, si son redondas o rectangulares. Y también hay que tener en la cabeza la disposición de las mesas, más o menos, según nos hayan aconsejado en el salón.
La ventaja de las mesas redondas es que no solo facilitan que los invitados interactúen más, sino que además permiten ‘meter’ a algún invitado extra de última hora sin que se note demasiado. Lo normal es que en las mesas tengamos entre 8 y 10 invitados. Con ese dato en la mano, debemos dividir los grupos en mesas de ese tamaño.
Os recomendamos el método que siempre funciona. Lo primero, nos compramos una cartulina bien grande y post it pequeños de colores que asignaremos a cada grupo separado. Podemos pintar círculos de mesas con la disposición aproximada a lápiz y comenzar a disponerlos. Como son post it, podremos ir cambiándolos de sitio si nuestra opinión cambia también.
La distribución más habitual es la siguiente. A la derecha, los invitados de la novia y a la izquierda, los del novio. Pero esto lo podemos cambiar a nuestro gusto. En la mesa presidencial se suelen sentar los novios y los padres, pero cada vez hay más gente que prefiere sentar también a hermanos y a los padrinos o incluso a amigos.
Las mesas más cercanas a la mesa presidencial suelen estar ocupadas por la familia, después amigos muy cercanos y más lejos, compañeros de trabajo y otros amigos.
Algunos consejos en cuanto a la distribución de las mesas son;
– Si hay dos partes de la misma familia que no se llevan bien o al menos, dos personas, podemos dividirles en dos mesas por afinidad y rellenarla con algunos de los amigos más íntimos que es posible que conozcan a la familia. Lo mismo pasa con amigos o con compañeros de trabajo.
– Nunca mezcles invitados de edades muy diferentes. Es mejor agruparles, para buscar mayor afinidad.
– Si podemos, debemos ‘juntar’ las mesas en las que haya gente más joven para poder propiciar que se conozcan y que haya más ambiente. Del mismo modo, si hay una mesa de personas mayores, es mejor colocarlas cerca del baño y alejados del tumulto.
– Tampoco compongáis una mesa de ‘restos’, de gente que no sabéis cómo colocar y los reunís. Es preferible reflexionar sobre con quién pueden llevarse mejor por edad, trabajo o gustos y ‘desperdigarlos’ en distintas mesas.
– ¿Niños juntos o separados? Habrá que tener en cuenta si hay suficientes niños como para componer una mesa y si tienen un comportamiento adecuado como para separarse de sus padres. La mejor opción es contar con un profesional que se encargue de entretenerlos, de que coman o cenen y de que permitan a sus padres disfrutar de la fiesta. En Nou Racó contamos con un servicio de cangureo ex profeso.
– Los invitados dudosos, que no saben si vendrán o no, deben tener también su sitio asignado para que en el último momento no nos volvamos locos buscándoles una silla. Podemos escoger un color diferente de post it y colocarlo a un lado de la mesa en la que les colocaríamos si en el último momento vinieran.
Esperamos que nuestros consejos os hayan servido, ¡suerte![:]
Gracias por tu aportación. Feliz semana.